

La ciencia y la comunicación, protagonistas en los premios a los mejores creadores de contenido de todo Aragón
La gala de los Premios Aragón Influye 2025, que reconoce a los creadores digitales más destacados de la comunidad, contará este año con la presencia de dos representantes muy ligados a las comarcas del Jiloca y del Campo de Daroca. Entre los cinco finalistas de la categoría de Divulgación Científica se encuentra Rocío Vázquez Martínez, natural de Cubel, un pequeño municipio del Campo de Daroca. Su andadura en redes comenzó mientras estudiaba Biología en Zaragoza, cuando decidió compartir en TikTok su reacción al recibir las primeras notas de la carrera.
La naturalidad de aquel momento conectó con miles de personas, y desde entonces Rocío ha seguido generando contenido desde el laboratorio, combinando ciencia y cercanía. “Estoy muy feliz, solo el haber llegado a la final ya me hace ganadora”, asegura. “Mi consejo a quienes quieran empezar es que no tengan miedo, que creen desde su ser, sin ocultar su personalidad. Eso es lo que conecta con la gente”, comenta.
Su contenido, cargado de entusiasmo por la ciencia, ha conseguido acercar el mundo de la investigación a un público joven, demostrando que es posible aprender y entretenerse al mismo tiempo. Rocío es ejemplo de cómo las redes pueden ser una herramienta educativa poderosa, y cómo, desde un pequeño pueblo como Cubel, se puede alcanzar una enorme repercusión sin perder la autenticidad ni las raíces.
Otro de los finalistas es Julio Caviedes, periodista vinculado a Calamocha TV y actual vecino de Calamocha, donde reside desde hace unos meses. Tras formarse como periodista en Colombia, hacer un máster en Marketing Digital de la Universidad de La Rioja, y fundar su agencia Blue Marketing en Calanda, Julio ha combinado su labor profesional con un canal personal centrado en dar voz a personas en situación de calle. Esta doble faceta le ha llevado a ser finalista en su categoría, algo que considera un reconocimiento al trabajo auténtico y comprometido. “Aragón influye profundamente en mi forma de comunicar: desde aquí he aprendido a contar historias con cercanía y respeto por las raíces”, explica. Además, afirma estar encantado de vivir en Calamocha, donde ha encontrado “gente abierta, amable y con una gran disposición para compartir el día a día”, algo que le inspira en sus próximos proyectos, centrados en capturar el alma del verano aragonés.
Julio defiende una comunicación con propósito, centrada en el impacto social y la verdad de las pequeñas historias. Desde Calamocha, sigue apostando por mostrar que, incluso en los pueblos más pequeños, se pueden generar contenidos con voz propia, capaces de emocionar, reflexionar y transformar. Ser finalista en estos premios, dice, “es una forma de demostrar que el talento digital también nace y crece en el medio rural”.