Teruel se ha enfrentado recientemente a una nueva pérdida de servicios en el medio rural, algo que sigue siendo la tónica habitual en los últimos 40 años de historia o más: la escasez de efectivos en su cuerpo de la Guardia Civil. Aunque la comarca del Jiloca ha sido afortunada en este aspecto, ya que no se ha visto afectada, es crucial abordar esta preocupante situación y garantizar la adecuada inversión en cuarteles y recursos materiales, así como incentivar estos puestos de difícil adjudicación en la zona. La mayoría de personas que vienen a nuestro territorio, independientemente del tipo de profesionales que sean, viene “llorando”, aunque curiosamente también se va “llorando”. La inversión en seguridad y en esas personas hará que estos destinos sean atractivos y esto evitará que Teruel sea visto como un destino de castigo para los profesionales de seguridad, y asegurará una presencia policial eficiente y efectiva en toda la provincia.
Aunque los efectivos de la comarca del Jiloca están intactos, no podemos ignorar que faltan alrededor de 100 efectivos en Teruel. Esta falta de recursos humanos puede poner en riesgo la seguridad de la población y dificultar la eficacia de las labores de la Guardia Civil. Es fundamental que se destinen más recursos económicos a la construcción y mejora de los cuarteles existentes en la provincia, permitiendo un aumento en el número de efectivos y una mayor comodidad en su lugar de trabajo. Además de la escasez de efectivos, otro desafío que tienen es la falta de medios materiales adecuados. La inversión en la adquisición y renovación de estos elementos es esencial para asegurar que los agentes cuenten con la protección necesaria y las herramientas adecuadas para llevar a cabo su trabajo de manera segura.
Es fundamental establecer políticas de incentivos que motiven a los agentes a elegir y permanecer en esta región. Los pluses económicos y los incentivos de puntuación, basados en méritos y logros profesionales, pueden ser buenas herramientas para atraer y retener a los talentos. Esto permitirá que los puestos de difícil adjudicación sean ocupados por profesionales altamente capacitados y comprometidos. Ofrezcamos nuestro territorio como lugar de oportunidades y desarrollo para todos, donde podemos ser referentes en testear nuevos métodos de trabajo o por qué no, nuevas formas de implantar seguridad en las áreas rurales del país.
Editorial.