Opiniones

Jul 17, 2025

EL TULIPÁN NEGRO

l que a estas alturas del siglo XXI haya opiniones para todos los gustos es algo que no extraña a nadie, cada uno tiene la suya y, en general más bien poco contrastada, pues la opinión se forma a través de la lectura y observación de la realidad, el quehacer cotidiano y la memoria de lo que ha pasado o no ha pasado y la forma en que se han resuelto los problemas o se han implantado las acciones oportunas para corregir las desviaciones lógicas en la actuación concreta.

Se manifiestan opiniones sobre la relación matrimonial, de pareja. Se manifiestan opiniones sobre la educación de los hijos. No he visto, pero ya habrá, opiniones de cómo los abuelos han de tratar a sus nietos.

Lo malo de esto es que, esas opiniones se vierten por personas que no están casadas, no mantienen, aparentemente, relaciones más o menos estables de pareja con otras personas de otro o su mismo sexo. No se conoce que tengan hijos, o si los tienen, siempre los han tratado como si fueran sobrinos. Por lo tanto tampoco pueden ser técnicamente abuelos.

Creo que los que hablan del matrimonio sin tener una relación matrimonial conocida, los que hablan de los hijos sin que se conozca que hayan procreado y por lo tanto no tienen tampoco nietos a los que educar o maleducar, están sencillamente incapacitados para dar sus reglas de comportamiento a los que estamos casados, tenemos hijos y, en su caso, nietos.

Opiniones pueden dar las que les plazca.

Si la materia fuera la construcción de obras, habría que concluir que “todo lo que no sea medir son opiniones”.

Me parece que les falta algo de experiencia, porque en teoría no la tienen; ni el matrimonio, ni los hijos, ni los nietos vienen con un manual de instrucciones para saber qué problema les afecta y como solucionarlo.

Las opiniones pueden ser más o menos válidas, pero atreverse a dar lecciones sin tener ninguna experiencia contrastada sobre esos temas, sencillamente no es de recibo.

Así se opina y se estigmatiza a los discapacitados y se les llama herencia o hijos del pecado.

Quién eso manifiesta, no debería volver a tener un lugar público en el que verter esa opinión, en su casa que diga lo que quiera.

Creo que los tiempos han cambiado y para mejor, pero algunos se empeñan en volver atrás, ser ordeno y mando y subyugar a los demás.

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