Fotografía de familia de los asistentes al homenaje a Marcos Ibáñez, tras descubrir la placa conmemorativa de este encuentro celebrado en Odón

El embajador Carlos Medrano visitó el pueblo natal de este odonense, artífice de la reconstrucción de la ciudad

El pueblo de Odón y Guatemala han iniciado una estrecha relación gracias a la visita del embajador Carlos Augusto Medrano al municipio jilocano el pasado 11 de octubre. El fin de este viaje ha sido conocer el pueblo natal del arquitecto Marcos Ibáñez Aldea.
El recibimiento en Odón ha servido como acto homenaje a la figura de Ibáñez, artífice de la reconstrucción de la capital guatemalteca tras los terremotos del año 1773.
El alcalde de Odón, Francisco Javier Hernández, recibió a Medrano, acompañado por otros representantes institucionales, como es el caso de varios concejales odonenses y los vicepresidentes de la Diputación de Teruel, Beatriz Martín y Rafael Samper, entre otros.
Tras un acto institucional en el Ayuntamiento, los participantes en la jornada se dirigieron a la ermita de la Virgen de las Mercedes, donde se inauguró una placa conmemorativa, en recuerdo de la visita del embajador a Odón.
Y es precisamente en esta ermita donde se puede observar un retrato de Marcos Ibáñez, a quien también se le atribuye el diseño de este templo.
Según Javier Hernández, se ha encontrado documentación que hace referencia a la casa en la que nació, “pero queremos conocer dónde estaba”, ha apuntado. Sobre los apellidos, “de Aldea no queda nadie, pero de Ibáñez hay dos o tres familias y queremos ver si hay relación”, ha comentado el primer edil antes de señalar que desde el consistorio pretenden realizar más reconocimientos a su persona, su trabajo y su legado.


Este encuentro entre países surgió gracias a la implicación de Ángel Enríquez, un músico de la charanga que va a las fiestas de Odón desde hace 25 años. “Al enterarse de que Guatemala era el país invitado en las Fiestas del Pilar, se puso en contacto con la concejala de Cultura del Ayuntamiento de Zaragoza y le informó de la figura de Marcos Ibáñez, lo que se puso en conocimiento del cónsul de Guatemala y este a su vez contactó con el embajador y el Ministerio de Turismo, y decidieron venir”, relata Hernández.
En la visita de la delegación del país centroamericano, el embajador Medrano estuvo acompañado por el cónsul de Guatemala en España, Manuel Zalba, y el coordinador de Relaciones Institucionales del Ministerio de Turismo de Guatemala, Andrés Florido.
Para Medrano, Ibáñez fue “el gran artífice de la creación de la ciudad de Guatemala, que a día de hoy se preserva de una manera muy buena, y no hay mejor manera de rendirle homenaje que visitar sus raíces, de dónde proviene, con la compañía de toda la comunidad”.


La de Ibáñez es “una historia no contada que ahora nos corresponde contar”, ha apuntado. Aparte de la belleza de Odón y sus vistas, ha asegurado quedarse “con la gente, por el cariño con el que nos han recibido y estoy seguro que es el primero de muchos encuentros”, ha relatado.
El encargado de dar a conocer en esta cita la vida de Ibáñez fue el historiador calamochino José María de Jaime, autor de la biografía sobre el arquitecto. Natural de Odón, “de allí sale orientado por su hermano mayor, que es sacerdote y ha marchado a Roma”, dice de Jaime. En total, eran diez hermanos y él era el penúltimo.
Ibáñez se formó en Italia, donde fue ayudante de Francisco Sabatini. Fue arquitecto de la corte del Rey Carlos III y cuando ocurre el terremoto que destruye la antigua ciudad de Guatemala, le encargan trabajar en la construcción y diseño de la nueva ciudad. “Alrededor de la Catedral, coloca la aduana, el edificio de Correos, el de Tabacos, construye el núcleo, el hito es que lleva el neoclasicismo nuevo a Centroamérica, y este es el timbre de gloria más importante de Marcos Ibáñez”, explica de Jaime.
Antes de embarcarse hacia América, “sospechó que no iba a volver y pidió una autorización especial para ir a Odón, para arreglar las cosas de la familia, y creo que fue para despedirse, porque era frecuente que los que marchaban, no volvieran”, detalla. En su pueblo dejó su retrato, pintado por Mariano Maella, y en los tres meses que estuvo en el Jiloca, a sus 38 años, confeccionó los planos de la ermita, conocida como la de la Virgen de la Cuesta.

Volver antes de morir
Nacido en 1738, se le describe como un hombre serio, formal y responsable. Con 46 años, el odonense quiso volver de tierras americanas a Odón antes de morir, tras caer enfermo. Pidió permiso y se le concedió, sin embargo, no lo logró. Acompañado por un sobrino -también de Odón- falleció en Xalapa, Méjico, en 1784 mientras se recuperaba para embarcar.

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