El calamochino Alejandro Martínez Bueno desarrolla y lidera en la actualidad su propia investigación dentro del programa internacional Marie Skłodowska-Curie

Alejandro Martínez Bueno
Cuando estaba estudiando el bachillerato solía ir a estudiar a la biblioteca municipal de Calamocha todas las tardes. Allí, en la sala de estudio encontré un libro de química avanzada y por curiosidad empecé a leer el temario que estábamos cursando en clase. Esto me hizo ver y entender la química desde un ángulo diferente, algo que entre otros factores me llevó a estudiar posteriormente el grado en química y el máster de química molecular y catálisis homogénea de la Universidad de Zaragoza.
Mis primeros pasos en el mundo de la investigación los di en el verano del año 2015, realizando unas prácticas en el grupo de Cristales Líquidos y Polímeros del Instituto de Nanociencia y Materiales de Aragón. Más adelante, en el mismo grupo, desarrollé mi trabajo de fin de grado y fin de máster, enfocándome en materiales poliméricos que forman nanopartículas en agua y permiten liberar fármacos de forma controlada mediante estímulos externos.
Tras esto, decidí hacer mi tesis doctoral en el mismo grupo, pero en una temática totalmente diferente, centrándome esta vez en el diseño y el desarrollo de nuevos materiales cristal líquido con propiedades semiconductoras. El estado cristal líquido es un estado intermedio de la materia entre el estado líquido y el estado cristalino. Las moléculas de estos materiales pueden fluir como un líquido, pero a la vez poseen cierto orden, como ocurre en un cristal. Esta combinación de propiedades tan especial permite que respondan fácilmente a cambios de temperatura, luz o campos eléctricos, lo que los hace muy útiles, por ejemplo, en pantallas de televisores, relojes o móviles, pero también en sensores, materiales inteligentes y nuevas tecnologías médicas.
Una vez terminada la tesis, toca decidir entre continuar la carrera académica o emprender una carrera profesional fuera del ámbito académico. Dado que me apasiona la ciencia, opté por continuar mi carrera académica, lo que prácticamente obliga a pasar unos años en el extranjero si uno quiere tener opciones de volver a España más adelante. Por ello, hace un año tomé la decisión de mudarme a la ciudad renacentista de Florencia, en Italia, donde tengo la oportunidad de seguir investigando en diferentes ámbitos del campo de los cristales líquidos.
Con la idea de seguir creciendo como investigador y empezar a marcar mi propio camino, decidí solicitar una beca Marie Skłodowska-Curie, un prestigioso programa europeo que te da la oportunidad de desarrollar y liderar tu propio proyecto. No se trata solo de una ayuda para investigar en otro país, sino de un proceso exigente en el que uno mismo debe diseñar un proyecto original, justificar su impacto científico y social, elegir el grupo de acogida adecuado y pasar por una evaluación internacional muy competitiva. Afortunadamente, mi proyecto fue reconocido como uno de los elegidos en el programa Marie Skłodowska-Curie permitiéndome desarrollar y liderar mi propia investigación.
El proyecto que propuse busca combinar la tecnología de impresión 3D con los cristales líquidos. Mi idea es aprovechar la capacidad de los cristales líquidos de autoorganizarse de forma ordenada para usarlos como una especie de “molde” que permita organizar posteriormente nanopartículas de manera precisa. Dependiendo del tipo de nanopartículas que usemos, estas pueden adquirir nuevas propiedades al ser organizadas. Por eso, gracias a esta combinación, espero desarrollar nuevos materiales inteligentes impresos en 3D con características avanzadas, que podrían aplicarse en campos como la electrónica, la robótica blanda o la química sostenible.
Mirando atrás, nunca imaginé que aquel libro en la biblioteca de Calamocha sería el primer paso de un camino que me llevaría hasta Florencia y a liderar mi propio proyecto de investigación. La ciencia no es un camino fácil, pero está lleno de retos apasionantes y oportunidades inesperadas. Ojalá mi experiencia anime a otros jóvenes de nuestra comarca a seguir su curiosidad, a hacerse preguntas y a atreverse a soñar con llegar lejos, incluso empezando desde un pequeño pueblo.
