Una placa sirve de homenaje y luce en su recuerdo sobre la fosa común del cementerio en la que yacen sus restos
‘Doce pechos, doce fuentes, formando un río de sangre, doce espigas abatidas, doce lamentos al aire’ son los versos que acompañan a las figuras de los doce vecinos de Monreal del Campo fusilados en 1936 y que han sido dibujadas en la placa que honra su recuerdo. Situada sobre la fosa común en la que yacen los restos de los asesinados, esta lámina fue descubierta en la jornada de dignificación celebrada en el cementerio de Monreal del Campo el pasado sábado 9 de septiembre.
Manuel Antonio Civera Civera, Santos Guillén García, Manuel López Gómez, Baltasar Martín Genzor, Manuel Muñoz Muñoz, José Plumed Calvo, Octavio Avelino Sanz Boira, Antonio Yuste Allueva, Antonio Yuste Marco, Joaquín/Mariano Yuste Serrano, Domingo Yuste Serrado y Vicente Yuste Serrano han sido rescatados del olvido al que se les sepultó al ser asesinados el 12 de septiembre de 1936 con este acto organizado por la Asociación de los Pozos de Caudé, en colaboración con Serafín Aldecoa y Miguel Ángel Latorre.
Las víctimas de Monreal tenían entre los 28 y los 65 años y fueron asesinados en las tapias exteriores del cementerio, tal y como ha detallado Francisco Sánchez, presidente de la Asociación Pozos de Caudé. Sus restos se trasladaron en la década de los años 40 al interior del camposanto “y desde entonces no se ha realizado ninguna gestión ni había ningún símbolo o reconocimiento, únicamente los familiares sabían la localización exacta de la fosa y depositaban flores allí”, ha explicado.
El desafío de dignificar a estos hombres comenzó antes de la pandemia y se ha culminado esta última semana, coincidiendo con el 87 aniversario de los hechos ocurridos en el siglo pasado. A esta cita acudieron los familiares de las víctimas, vecinos de Monreal y algunos concejales socialistas del Ayuntamiento.
Antonio Yuste Moreno, hijo de Antonio Yuste, tenía 16 meses cuando fusilaron a su padre y recuerda pasar “mucha hambre y miseria” y ser tratados con desprecio. Para este monrealense, que marchó a los 21 años a la “mili” (servicio militar obligatorio), el sábado fue “un día muy grande”. A sus 87 años valora que “ahora se pueda hablar de todo, entonces no se podía hablar de nada”, ha dicho.

Joaquín Yuste Martín, nieto y sobrino nieto de tres de las víctimas, aseguró que este logro ha alegrado a la familia, “sobre todo por mi padre, que tiene ahora 89 años y ha estado muy emocionado porque es un reconocimiento y una alegría”. El abuelo de Joaquín Yuste Martín, con su mismo nombre, fue fusilado junto a sus dos hermanos. Además, los padres de los tres desaparecieron.
Otra de las descendientes de las víctimas presente en el cementerio es Roser Brosed Yuste, nieta de Antonio Yuste Marco e hija de Rosario Yuste Moreno. Manifestó vivir un momento muy emocionante “porque mi madre ha tenido presente la muerte de su padre hasta el último día, nos ha explicado el fusilamiento, su dura niñez y esta lucha ha sido una constante en nuestra vida”, ha relatado a El Comarcal del Jiloca.
Tras destapar la placa homenaje, colocar flores al pie de la fosa y leer un manifiesto, Serafín Aldecoa ofreció una charla en la Casa de Cultura sobre los primeros días de la sublevación militar en la comarca del Jiloca. Francisco Sánchez habló sobre la trayectoria de la Asociación Pozos de Caudé y Miguel Ángel Latorre trató los hechos ocurridos en Monreal en el año 1936.
Latorre explicó que los 12 asesinados pertenecían a varios sectores: entre ellos estaba el gerente de la cooperativa, el secretario de Izquierda Republicana, varios agricultores, obreros, etc. El monrealense reivindicó la importancia de mantener la memoria de la población: “Hemos vivido cómo los familiares se emocionaban por ver, 87 años después, el nombre de sus padres en el cementerio, porque hasta la fecha solo había una fosa común”, ha señalado.

“Ni un paso atrás”
En esta jornada de dignificación celebrada en Monreal del Campo, los familiares de las víctimas y memorialistas presentes en el acto coincidieron en alertar sobre el error y el retroceso que supondría derogar la Ley de memoria democrática de Aragón aprobada en 2018, tal y como ha anunciado el nuevo Ejecutivo aragonés formado por la coalición PP-Vox entre sus acciones futuras.
Joaquín Yuste ha tildado de “vergüenza” la posible supresión de la ley, “que nos sirve para aprender y saber lo que pasó en ambos bandos”, ha apuntado. Roser Brosed ha instado a que las familias “no toleremos ni un paso atrás” y ha recordado que llevan muchos años “sufriendo en silencio”, por lo que, ha dicho, “ha llegado el momento de restituir la dignidad de nuestros desaparecidos”. Miguel Ángel Latorre por su parte ha opinado que derogar la medida es un error, “lo que hay que tener es memoria, derogarán una ley pero no podrán borrar la memoria de la gente, hay que fomentar la concordia, saber lo que pasó para que no se vuelva a repetir”, ha manifestado.
Ante este escenario, la Asociación Pozos de Caudé asegurá que continuará con su labor y reivindicará que no desaparezca la ley “para poder hacer las exhumaciones, así como estos actos para dignificar y reunir a los familiares”.
