La ciudad de Daroca del año 1874 fue testigo de la apertura, por primera vez, de una zuquerería en la calle Mayor. Su promotor fue Manuel Segura Esteban, dando así origen a la Pastelería Manuel Segura, que cumple este año su 150 aniversario.
Su creación podría ser anterior, ya que se desconoce la fecha exacta al haber perdido datos en los archivos parroquiales, tal y como indica José Manuel Segura Catalán, sexta generación de la familia y actual gerente de la empresa.
Celebrar los 150 años de trayectoria es “un orgullo y una satisfacción”, por haber logrado llegar hasta aquí, “pudiéndose adaptar al paso del tiempo, superar las épocas malas y aprovechando las buenas”, detalla José Manuel Segura, antes de admitir que también sienten alfo de presión por el futuro.
El darocense regenta la empresa junto a su mujer Izabela Wróblewska; su hermana, aunque reside en Bruselas, sigue siendo socia y tiene un importante papel en la toma de decisiones. En la actualidad son un total de 20 empleados y la sede se ubica en Daroca, donde cuentan con obrador, tienda y museo, pero también tienen tienda propia en otros lugares como Cariñena y Zaragoza, además de otros establecimientos donde se pueden encontrar sus productos.
“Tiene sentido aquí”
“Somos un pequeño referente en la zona”, dice Segura. Pese a haber tenido la oportunidad de desplazarse a otros puntos, decidieron continuar con su negocio en su pueblo natal, “donde se vive muy bien, mejor que en la ciudad”, añade, y porque consideran que “Manuel Segura solo tenía sentido si estaba aquí”.
La pastelería es un tipo de negocio que está ligado al territorio y este hecho conlleva su dificultad: “Fue una apuesta difícil porque es complicado el tema de mano de obra, la logística, hace el día a día más difícil, pero también está la satisfacción de sumar a mi pueblo, a Daroca, eso es positivo”, comenta.
Ligado al territorio está el producto local y kilómetro cero, con el que trabajan sus elaboraciones pasteleras. “Todo lo que podamos consumir, cuanto más cerca mejor, porque creamos riqueza a alguien que está a nuestro lado y es positivo, y el coste es mucho menor, además de la reducción de contaminación”. Por ello se apuesta por el producto de proximidad, algo que ya se hacía antiguamente, y confían en proveedores locales de la máxima calidad. A esta se suma el producto natural: “Huimos de todo lo que no sea natural”, asegura.
José Manuel representa la sexta generación de los Segura y se encarga de la sociedad familiar desde 2001, cuando a sus 27 años regresó a la ciudad darocense tras haberse licenciado en Biología y Bioquímica y después de trabajar en otra gran empresa.
Sus padres modernizaron y ampliaron el negocio y con su llegada han aumentado el número de líneas y elaboran pan y mermelada, a diferencia de épocas anteriores en las que no se hacía. “Las mermeladas están basadas en las combinaciones de los sabores de los pasteles”, siendo muy diferentes a las convencionales.
Además, han potenciado el producto sin azúcar, “pensando en los diabéticos y personas que quieren cuidarse”. Es un proyecto ambicioso que supondría otro punto de inflexión en el recorrido de la pastelería y en la historia de su evolución. “Ya estamos comercializando magdalenas, pasteles, bombones, mermeladas… pero queremos reformular todo con una base un poco más científica y siendo asesorados”, señala.
Futuro
A sus hijos les gusta el oficio, pero no les quiere presionar, apunta, por experiencia propia. Es conocedor de la dificultad de mantener empresas en el medio rural y el problema de encontrar personal, pero aun así presume de un oficio “que enamora, porque que te digan que les ha gustado tu producto es una satisfacción personal, sabes que estás haciendo las cosas endulzando la vida a la gente, y en ese sentido me gustaría que siguiesen porque es un oficio muy bonito”, detalla el darocense.
Pastelerías Manuel Segura continúa trabajando por mejorar, innovar y expandir su legado, teniendo muy presente su saber hacer centenario. Únicamente el tiempo tendrá la respuesta a la gran incógnita de si esta valiosa herencia pastelera pasará a una séptima generación.