Los sindicatos agrarios UPA, ASAJA y UAGA coindicen en una pérdida de producción del 100% en la actual cosecha en la comarca

Los agricultores del Jiloca han comenzado la campaña de cosecha con algunas dificultades. Es una temporada marcada por la sequía y la falta de lluvia en los meses de marzo, abril y mayo, y su posterior aparición a principios de junio, que hicieron que predomine el color verde, por el crecimiento de hierbas que han invadido el campo, frente al dorado presentado habitualmente por las espigas. Esta situación crítica ha empeorado en las últimas semanas, ya que en muchos de los campos alargan esta temporada de cosecha esperando poder recoger ese fruto.
Actualmente los recolectores de la materia prima que predomina en el Jiloca están consiguiendo entre 200 y 300 kilogramos por hectárea, destacando en algún caso concreto muy centralizado la consecución de, aproximadamente, 500 kilogramos por hectárea. El proceso más habitual que se está efectuando en estas fechas es la recogida para su posterior secado en los almacenes particulares, debido a las grandes tasas de humedad por las temperaturas registradas en este tiempo, y su posterior venta.
La cosecha más cara
Vanessa Polo, representante de UPA en Teruel, Ester Rubio, responsable de Jóvenes en UAGA, y José Manuel Cebollada, presidente ASAJA-Teruel, coinciden en que la pérdida del cultivo, en cuanto a la producción, en esta temporada, es del 100%; destacando diversos agravantes de la situación, con un alto coste en el momento de la siembra, con un precio elevado del gasoil y los fertilizantes, convirtiéndose en la cosecha más cara y peor de la historia.
Polo afirma que las hierbas están mucho más altas de lo que es el cereal, “en la época en la que estamos el cereal ya casi debería estar segado y ahora mismo se está cayendo; la situación es mucho peor que lo que se planteaba a finales de mayo”, lamenta.
Rubio destaca la situación por la que está pasando Monreal del Campo, en la que muchos profesionales no han iniciado la campaña, como tampoco se ha hecho en municipios cercanos, “los agricultores, ante campos completamente verdes en los que no se ve el cereal, han optado por no cosecharlos debido a los costes de producción, incluso se plantean en dallarlo, pero tras una valoración por campo, no merece la pena”, detalla.
Cebollada arremete contra la administración pública ya que, según el portavoz de ASAJA, ante esta situación no se han recibido ayudas, por ahora, de ningún tipo, mencionado que “de cara a producciones posteriores, se les presenta un problema en cuanto a la simiente de hierbas y malas hierbas con el coste de los sulfatos de tratamientos, unido a las trabas que pone la administración, por la nueva política común agraria”.
Actualmente, no ha mejorado la media de datos de recolección, en los que Cebollada destaca que se están cosechando “menos kilos de grano que de abono y nitrato que hemos echado a nuestros campos”. Son, según el agricultor, 240 euros por tonelada de cereal, mientras que una tonelada de abono rozaba los mil euros en 2022 y el nitrato de 600 a 700 euros la tonelada. “A todo esto hay que sumarle el sistema de arrendamientos que tenemos impuesto en el territorio”, critica.
A su vez, el presidente turolense de ASAJA denuncia la necesidad de medidas fuertes directas e inmediatas, en lo que coincide con la responsable de Jóvenes en UAGA, la que destaca la exigencia de las mismas, sobre todo a jóvenes o nuevas incorporaciones que han realizado una primera inversión y que van a necesitar de un apoyo para una segunda.
Por último, la representante de UPA Teruel añade que, ante la situación crítica que se está viviendo, no ha habido respuesta por parte de la administración, pero sí en el ámbito de la ganadería, como únicas ayudas presentes que se están formalizando.