Se trata de uno de los linajes de más raigambre en Aragón, conocido principalmente por haber sido los señores de Albarracín, pero también de otros lugares como Teruel, Daroca, Villafeliche, Calatayud y Estella.
Algunos autores aluden a su origen legendario en los primeros años de la Cristiandad, pero con respaldo documental podemos decir que este linaje se remonta al siglo XII, cuando Pedro Ruiz de Azagra fue primer señor independiente de Albarracín y de Daroca. Su hermano Fernando le sucedió como señor de ambos territorios hasta 1196, tiempo en el que intervino en la Concordia de Borja, entre los reyes de Navarra y Aragón, que fue ratificada posteriormente en Daroca. El tercer señor de Albarracín, Pedro, hijo del mencionado Fernando, participó en la conquista de Valencia, a finales de 1238.
Su hijo, Alvar, emparentó con la monarquía al casar con doña Inés, hija de Teobaldo I de Navarra, y Margarita de Borbón. Don Alvar, cuarto señor de Albarracín guerreó también con el rey Jaime I en una sublevación de moros valencianos, por lo que fue recompensado con la donación vitalicia de grandes territorios de Daroca y Calatayud.
Don Alvar no debió de tener descendencia masculina, por lo que, a su muerte, le sucedió su hija Teresa Alvarez de Azagra, casada con un importante señor castellano, Juan Núñez de Lara. En esta época, en el año 1284, el rey Pedro III, con mesnadas de Calatayud, Daroca y Teruel rindió Albarracín, acabando con su señorío independiente, siendo incorporado definitivamente a la Corona de Aragón.
Años después, Pedro Ruiz de Azagra, siendo señor de Villafeliche, se unió a las huestes de Pedro IV en las luchas con los Caballeros de la Unión y su hijo, Rodrigo guerreó en las inmediaciones de Daroca contra el infante castellano, don Hernando.
La hija y heredera de Rodrigo, doña Emilia, señora de Villafeliche, casó con Fernán López de Luna, de cuyo enlace descienden los marqueses de Camarasa, señores de Villafeliche y Ricla.
A este linaje perteneció Juan Ruiz de Azagra, que habiendo nacido en Romanos, Comunidad de Daroca, fue secretario del emperador Rodolfo en la Corte de Felipe II y a él fue a quien la Iglesia de la Colegiata de Santa María de Daroca, donó en 1593 la capilla, dedicada a la Coronación de la Virgen, conocida como del Patrocinio en cuya parte superior, luce el blasón con las armas de este ilustre linaje, que son: Blasón puro, en campo de oro, cruz flordelisada de gules, cargada de cinco veneras de plata.
Se trata de una capilla funeraria pero ningún Ruiz de Azagra descansa en ella.
En lo referente al apellido Ruiz de Azagra, en la actualidad, podemos decir que es inexistente en Daroca; existe el Ruiz, muy abundante en las parroquias de San Juan y San Pedro, y en menor medida en Santiago, pero ni un solo Azagra en los últimos dos siglos, en ninguna de las antiguas parroquias.
Nos queda, sin embargo, la mencionada capilla, mandada construir a principios del s.XVI por Luis Ruiz de Senés como capilla funeraria, que posteriormente pasó a ser de los Azagra. Además de contar con un pequeño pero extraordinario retablo del denominado gótico inglés, posee una escultura yacente sobre un sarcófago que nunca llegó a ocuparse y otra sepultura en el otro lado con el blasón del linaje Cidraque.
El exterior es una magnífica portada de estilo renacentista y plateresco que se cierra con una hermosa verja del siglo XVI.
La tradición cuenta que, por requerimiento del rey Jaime I, en ella fue inhumado Pedro de Ahones, tras su muerte en un enfrentamiento con las tropas del propio Monarca.

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