
El pasado jueves, 14 de agosto, se repitió en la Basílica de Santa María de los Corporales de Daroca, por tercer año consecutivo, una actividad con gran aceptación de público en sus dos pases, a las 21h. y a las 23h. denominada “Una noche en el Museo”, este año con el subtítulo “Tesoros al descubierto”, que trataba precisamente de eso, de mostrar a los cerca de 40 asistentes en cada pase, obras de arte y documentos pertenecientes al Museo de los Corporales y al Archivo Parroquial, que normalmente están fuera de la vista de las personas por una u otra razón.
Los asistentes pudieron ver y conocer piezas de escultura y de pintura que hasta ahora se encontraban en dependencias no visitables, así como antiguos libros: misales, biblias y martirologios, principalmente, de los siglos XIV al XVII, valiosos documentos que se custodian en el Archivo Parroquial del Arciprestazgo de Daroca.
Hacer un repaso de todas las piezas que se mostraron y explicaron sería muy largo, por lo que me centraré en una de ellas. Una magnífica escultura del siglo XV, talla que si puede verse en el Museo de los Corporales normalmente, sin embargo, quizá la mayoría desconoce su origen y el recorrido histórico que hay tras ella. Se trata de una escultura de piedra, de estilo gótico de la llamada Escuela Borgoñona. Mide aproximadamente 60 cm de altura y un contorno de 78 cm, está fechada hacia mediados del siglo mencionado y atribuida al escultor darocense Juan de la Huerta, el mismo que talló la actual imagen de la Virgen del Pilar, realizada en torno a 1435, con la que guarda muchas similitudes, aunque “La Pilarica” es algo más pequeña, con sus 38 cm. de altura y está tallada en madera de frutal. Ambas tienen semejanzas con varias vírgenes que existen en Borgoña, atribuidas a este mismo escultor, Juan de la Huerta.
La imagen en cuestión, así como una buena parte del retablo de los Corporales fue patrocinada por el rey Juan II de Aragón, cuyo blasón podemos ver, sujeto por dos ángeles, en el lado derecho de la parte superior.
Autores anteriores, como Juan Francisco Esteban Lorente, denominan a esta talla “La Santa Abadesa”, sin embargo se trata de “Santa Clara”, una de las tres imágenes que se retiraron del retablo interior de los Corporales para construir el óculo, desde el que se muestran los Corporales desde entonces.
Este cambio tuvo lugar a finales del siglo XVIII, concretamente en 1794, y desde entonces los fieles pueden contemplar los Corporales a través del óculo. Al principio el relicario estaba fijo y el óculo se abría o cerraba con una cortina, pero actualmente cuenta con un sistema giratorio y lo que se abre o cierra es el tabernáculo de plata del siglo XIX.
La imagen fue retirada del Retablo de los Corporales por razones de espacio, como ya se ha dicho, junto a otras dos, que actualmente se encuentran en la parte interior del arco de entrada a la Capilla y que corresponden a San Miguel, en el lado derecho y Santa Magdalena, en el izquierdo.
Volviendo a la Santa Abadesa, decir que fue restaurada hace unos años en ESCYRA (Escuela Superior de Conservación de Bienes Culturales) de Huesca, único lugar de restauración oficial de Aragón, dependiente del Gobierno de Aragón, devolviéndole su estado primitivo, quedando sin policromía, a diferencia de las otras dos imágenes que se retiraron del retablo, que mantienes el colorido que se llevó a cavo en todo el retablo a principios del siglo XVI. Hasta entonces todo estaba en el color blanco, propio de esta piedra.

