Los trabajos se han visto afectados por las lluvias, que han dificultado poder ejecutar la obra en plazo
Momento de la visita a las Salinas de Ojos Negros
Las Salinas de Ojos Negros están siendo objeto de una actuación de recuperación para su puesta en valor como bien de interés turístico patrimonial. Dicha actuación tiene un importe de cerca de 200.000 euros, procedentes de fondos FITE, y está promovida desde la consejería de Turismo de la Comarca del Jiloca.
El presidente de la Comarca del Jiloca, Francisco Javier Hernández, y el vicepresidente tercero y consejero de Turismo Diego Hernández han visitado este emplazamiento acompañados por el alcalde de Ojos Negros, Rafael Esteban, los técnicos de Turismo y de Patrimonio de la institución comarcal, el director de obra, Jesús Garcés, e integrantes de la empresa adjudicataria de los trabajos, Lure Arqueología S.L.
Este proyecto tiene como finalidad la recuperación de los principales elementos y de mayor representatividad de este emplazamiento patrimonial industrial, “que servirán de muestra de cómo funcionaban las Salinas y cuál era el proceso de extracción de la sal, con el fin de crear un conjunto turístico que refleje lo que era y la importancia del patrimonio industrial y su atractivo turístico en la comarca del Jiloca”, ha explicado Diego Hernández.
Durante la visita, observaron la evolución de las obras, correspondientes a la fase 1 de la ejecución del proyecto y conocieron que esta se solapará con el inicio de la fase 2.
Las tormentas sufridas desde finales del mes de agosto también han afectado a los trabajos, provocando una serie de problemas en diferentes episodios que han complicado la ejecución de la obra en plazo.
Las Salinas de Ojos Negros fueron una instalación industrial muy importante en épocas pasadas extendiéndose su explotación hasta mediados del siglo XX.
Su existencia se encuentra documentada desde el siglo XIII, aunque la presencia de un yacimiento celtíbero en el cerro próximo lleva a pensar que se explotaran ya desde épocas prerromanas. Aparecen documentadas en la Baja Edad Media, cuando pertenecían a Juan Fernández de Heredia, señor de Mora de Rubielos.
Cuentan con el pozo, situado en la parte norte, de planta rectangular y grandes proporciones realizado en mampostería. El agua salada era extraída mediante una noria movida por una caballería, desde la que se canalizaba el agua hasta las balsas y de aquí a los balsetes o eras de desecación donde, tras la evaporación del agua, era posible recoger la sal. Hay, además, otras construcciones que servían de almacén para la sal y viviendas para el administrador.
En las antiguas salinas hay una pequeña, pero valiosa muestra de vegetación halófila entre las balsas y en los prados contiguos.