Las muestras de solidaridad siguen repitiéndose en las semanas posteriores a la catástrofe con actos voluntarios

Minuto de silencio en Ojos Negros

Las acciones solidarias para ayudar a las personas afectadas por la DANA en Valencia siguen siendo múltiples y, en la comarca del Jiloca, vecinos de distintas localidades han continuado colaborando con los pueblos arrasados por la catástrofe.
La pasada semana, empresas y profesionales de Calamocha, como Grúas Ibáñez, Construcciones San Roque o Manuel Tafalla, entre otros, se trasladaron a Catarroja voluntariamente para avanzar en los trabajos de limpieza. En estas labores también se implicaron voluntarios a título individual o de agrupaciones como el Club 4×4. Este último regresó a tierras valencianas para repartir material en Albal y Catarroja, además de facilitar la retirada de coches, entre otros cometidos.
A estas localidades, y otras como Benetúser o Paiporta, llegaron más voluntarios y llevaron las donaciones de comida, material y otros artículos que los jilocanos depositaron en el punto de recogida de Calamocha, gestionado por el Ayuntamiento y la Comarca. El consistorio calamochino, además, aportó una máquina conducida por Rafa Bort para colaborar en zonas dañadas.
Uno de los actos más emotivos tuvo lugar en Ojos Negros el 1 de noviembre, con un minuto de silencio en recuerdo del guardia civil Adolfo Torres, fallecido en el acuartelamiento de Paiporta. En su pueblo natal también se hizo una recogida de productos organizada por varios jóvenes.
Por otro lado, hay quienes han emprendido sus propias iniciativas. Es el caso del fotógrafo de Monreal del Campo Uge Fuertes, quien ha conseguido recaudar 1.700 euros con la venta de una serie de instantáneas. “Los fondos se han dirigido a personas de la asociación de comerciantes que están en la zona cero de Paiporta y lo han ido destinando a las necesidades de los barrios más afectados”, ha indicado.

“Veintiséis días quitando barro”

La gota fría que ha azotado Valencia ha traído del recuerdo otros grandes sucesos, como el de 1982 con la rotura de la presa de Tous.
Vecinos de Calamocha vivieron esa catástrofe, como José Luis Malo, natural de Caminreal, y quien a sus 21 años cumplía el servicio militar. “Estuvimos veintiséis días quitando barro en Carcaixent”, recuerda. Curiosamente, cuarenta y dos años después, su hijo Raúl ha ayudado en Catarroja en labores de limpieza junto a otros forestales.
También sufrió “la pantanada de Tous” David Pellicer, quien a sus 11 años vivía en Alzira, y recuerda ver camiones y helicópteros del ejército repartiendo comida y otros productos.

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