La actual junta directiva de la agrupación ha festejado junto a socias y fundadoras su medio siglo de historia, rememorando los primeros pasos que marcaron un hito y revolucionaron la vida de numerosas calamochinas

En 1975 acompañé a mi marido a una reunión en Teruel, donde conocí a un grupo de mujeres que me hablaron de la Asociación de Amas de Casa que habían creado allí. Me pareció una idea tan buena que volví a Calamocha decidida a fundar una asociación similar. Organicé una reunión en el salón de plenos del ayuntamiento, que se llenó de vecinas interesadas, y fui elegida presidenta por aclamación, formando junto a otras mujeres la primera directiva de la Asociación de Amas de Casa Santa María la Mayor de Calamocha.
Así recuerda Pilar Moneva los primeros pasos de la actual Asociación de Mujeres de Calamocha. Desde el inicio, sus fundadoras se propusieron mejorar la vida de las mujeres del pueblo, y la primera gran iniciativa fue abrir una guardería. En aquel tiempo, muchas mujeres necesitaban un lugar seguro donde dejar a sus hijos para poder trabajar o atender otras responsabilidades, y vieron que una vecina soltera que ya cuidaba de varios niños podía encargarse de este nuevo servicio. Aunque al principio le pagaban lo que podían, la guardería se convirtió en un verdadero revulsivo para Calamocha, atrayendo a muchas mujeres a la asociación para disfrutar de este servicio y apoyarse mutuamente.

Integrantes de la actual junta posan en el monolito conmemorativo


Otra de las iniciativas más importantes fue la organización de charlas de educación sexual, algo completamente novedoso y atrevido en 1975. Las fundadoras lograron convencer a un grupo de médicos de la zona para que impartieran estas charlas en el salón municipal, que se llenaba de mujeres y también de algunos hombres interesados en aprender sobre temas que en esa época no se hablaban con libertad. Se trataron temas de fisiología, sexualidad, anticoncepción e incluso el aborto, generando asombro y, a la vez, rompiendo tabúes que pesaban sobre las mujeres de nuestro pueblo. Recuerdan cómo incluso el cura les pidió explicaciones y lo invitaron a dar también su charla con su perspectiva.
El trabajo de las calamochinas no se detuvo allí. En abril de 1976, fundaron el Club Gaviota, organizaron la ofrenda de flores a la Virgen de la Asunción, confeccionaron trajes para la cabalgata de Reyes, hicieron cursos de fontanería y electricidad para mujeres y enseñaron a los niños el baile de San Roque, preservando nuestras tradiciones. Estas actividades fortalecieron el sentido de comunidad, dieron voz a las mujeres y ayudaron a demostrar que tenían mucho que aportar a nuestro pueblo.
Con el paso del tiempo, la asociación cambió de nombre para llamarse Asociación de Mujeres de Calamocha, aunque personalmente hay quien sigue valorando mucho el término “ama de casa” por todo lo que representa. Actualmente, la agrupación sigue organizando actividades como la feria ExpoCalamocha, la cena de Navidad, la de Carnaval, la fiesta de Santa Águeda y la chocolatada de San Juan, manteniendo vivo el espíritu de comunidad y de lucha por la igualdad que nos impulsó desde el principio.
Hoy, al cumplirse 50 años de aquella primera reunión, echamos la vista atrás con orgullo al ver cómo la asociación ha revolucionado la vida de muchas mujeres de Calamocha, creando espacios de formación, apoyo y disfrute, demostrando que nuestra unión y compromiso pueden transformar nuestra sociedad y dejar un legado para las próximas generaciones de mujeres de nuestro pueblo.

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