Juan Antonio Sánchez Quero es el alcalde del municipio de Tobed desde 1995 y actual presidente de la Diputación de Zaragoza

Juan Antonio Sánchez Quero (PSOE) cumple en 2023 ocho años al frente de la Diputación de Zaragoza (DPZ), institución que preside desde 2015 y de la que anteriormente fue vicepresidente y diputado.
—¿Qué balance hace de este mandato que acaba?
—Siempre se puede hacer más, pero sinceramente estoy muy satisfecho. Este mandato ha estado marcado por el covid y por la guerra de Ucrania, dos crisis históricas que se han concatenado y que nos han obligado a volcarnos como nunca con los 292 municipios de la provincia. No podíamos fallarles cuando más falta les hacía, por eso en estos cuatro años hemos batido todos los récords en apoyo económico a nuestros pueblos En total les hemos distribuido más de 400 millones de euros, una cifra histórica que supera con creces la de cualquier mandato anterior y a la que además hay que sumarles otros 19 millones en ayudas directas a pymes y autónomos.
—¿En qué se ha traducido ese apoyo?
—Bueno, solamente a través del PLUS y del resto de planes ordinarios hemos financiado más de 6.000 actuaciones de mejora de los servicios que nuestros pueblos prestan a sus vecinos y vecinas: abastecimiento, alcantarillado, alumbrado, parques y jardines, deporte, cultura, ocio, restauración del patrimonio… Pero, como decía, a esa actividad ordinaria hay que añadirle todas las iniciativas impulsadas gracias a los diferentes planes extraordinarios para paliar el impacto de la pandemia y de la guerra en Ucrania. Por dar solo dos datos, entre 2020 y 2023 los municipios zaragozanos han recibido 100 millones de euros adicionales para hacer inversiones que han contribuido decisivamente a dinamizar las economías locales y otros 72 millones de euros más en ayudas totalmente incondicionadas que cada uno ha podido destinar a lo que ha considerado más urgente o necesario. Esos fondos incondicionados han supuesto un balón de oxígeno fundamental para que nuestros pueblos pudieran afrontar gastos totalmente imprevistos como las medidas contra el covid, el apoyo a las pymes y los autónomos, el encarecimiento de la obra pública, la subida de la luz, de las materias primas y de los suministros…
—¿Cómo ha avanzado la DPZ en estos cuatro años?
—Me gustaría subrayar que toda esta labor que estoy intentando resumir brevemente se ha llevado a cabo sin descuidar todos los servicios y todas las líneas de trabajo tradicionales de la Diputación de Zaragoza: carreteras, arreglo de caminos, bomberos, gestión tributaria, asesoramiento a los ayuntamientos, fomento de la Cultura… Pero, es que, además, en estos cuatro años hemos seguido poniendo en marcha nuevos servicios para ayudar a nuestros pueblos a hacer frente a los nuevo retos que les van surgiendo.
—Se refiere por ejemplo al servicio Ecoprovincia.
—Sí, aunque hay más. Efectivamente, después de cinco años de obras y tramitaciones por fin acabamos de poner en marcha el servicio Ecoprovincia, que a partir de ahora va a mejorar el reciclaje de 245 municipios zaragozanos permitiéndoles separar y reutilizar la basura que depositan en el contenedor verde. En total vamos a gestionar unas 76.000 toneladas anuales de residuos que hasta ahora se enterraban directamente en un vertedero y que gracias a Ecoprovincia se van a poder tratar llevándolos al CTRUZ de Zaragoza. Pero también me refiero a los 700 escritorios virtuales que ya estamos instalando a los ayuntamientos de forma gratuita para mejorar la seguridad de sus sistemas informáticos; al servicio de asesoramiento en materia de protección de datos; a los 30 millones que vamos a destinar este año a apoyar la instalación de plantas municipales de autoconsumo que abaraten la factura de la luz tanto de los ayuntamientos como de sus vecinos y vecinas… Como ve, han sido muchas las novedades.
—¿Cómo ha apoyado la DPZ a los municipios del Campo de Daroca en esta etapa?
—Fundamentalmente mediante esa cifra récord de ayudas de la que he hablado antes, porque además casi todos los pueblos del Campo de Daroca son pequeños y desde que yo soy presidente los criterios de distribución de los fondos benefician sobre todo a los municipios pequeños. Todos los grandes planes de ayudas que ha aprobado la institución en estos ocho últimos años han repartido el 40% de su presupuesto mediante un fijo igual para todos los ayuntamientos, y eso supone que localidades como Gallocanta, Atea, Cerveruela, Anento o Cubel, han recibido en proporción más dinero que los municipios grandes. Como referencia, el año pasado los municipios de en torno a 100 habitantes recibieron de la Diputación de Zaragoza ayudas que en total sumaron unos 230.000 euros. Creo que hablando de localidades de ese tamaño el dato habla por sí solo. Caspe, por poner un ejemplo, recibió unos 3,5 millones de euros, pero es que Caspe tiene 100 veces más población. Para mantener esa proporción, tendría que haber recibido 23 millones de euros.
—¿Y actuaciones concretas en la comarca del Campo de Daroca?
—Mis ocho años de presidente se han caracterizado por tratar a todos los municipios con los mismos criterios totalmente objetivos y transparentes. Pero si me pregunta por actuaciones específicas en esa zona de la provincia le puedo hablar del arreglo de la carretera que conecta Atea y Used, que se está ejecutando con un presupuesto de casi 2 millones de euros; de las mejoras del firme en la carretera que une Villadoz y Villarreal de Huerva, en la que conecta Langa del Castillo con la N-330 y en la que va de Berrueco al límite provincial de Teruel; del apoyo económico que cada año permite organizar el Festival de Música Antigua de Daroca… En el último plan de restauración de bienes municipales acabamos de incluir el castillo de Berrueco, la ermita de San Antón de Nombrevilla, el retablo de la Virgen de Semón de Acered, y el retablo de la Virgen del Rosario de Villarreal de Hueva.