MANUEL RANDO

Durante años, Teruel Existe fue algo más que un movimiento ciudadano: fue la voz digna de una provincia olvidada, una bandera que muchos alzamos, convencidos de que el abandono institucional debía tener respuesta desde la ciudadanía organizada. Era un clamor transversal, honesto, nacido desde abajo, que prometía devolver la dignidad a una tierra siempre marginada. Pero hoy, lamentablemente, debemos decirlo con todas las letras: han traicionado ese espíritu.
El último informe del Tribunal de Cuentas es un puñetazo de realidad. Teruel Existe, el partido que más ha exigido transparencia a los demás, incumplen todos los objetivos de transparencia. Absolutamente todos. No cumplen ni uno. ¿Qué credibilidad puede tener un partido que pide luz y taquígrafos mientras esconde sus propios números en la sombra?
Justo en el último Pleno Ordinario del Ayuntamiento de Calamocha pedían transparencia de la Cuenta General en la web municipal cuando la estábamos aprobando en ese mismo momento. Por tanto, no se debía subir.
Pero para Teruel Existe la transparencia es su bandera, una bandera que exigen a los demás, que sí cumplimos, pero ellos erre que erre como con todo: “Consejitos vendo que para mí no tengo”. O como se dice en nuestra tierra “Teruel Existe de transparencia, cero patatero”.
Pero no acaba ahí. Tomás Guitarte, quien se erigió en su día como el adalid de la ética política, ha cruzado una línea que debería avergonzar a cualquier servidor público: ha colocado a su propia esposa como jefa de Gabinete de la Diputación de Teruel y ahí sigue. ¿Es eso moralmente aceptable? ¿Es esa la regeneración democrática que prometían? Son el nepotismo más rancio disfrazado de normalidad. ¿Hasta dónde están dispuestos a llegar?
Este no es un caso aislado. Es la confirmación de una deriva. Han pasado del nosotros al yo, de la reivindicación ciudadana a la gestión del poder por y para unos pocos. Lo que nació como un grito colectivo se ha convertido en un eco vacío, controlado por quienes se han apropiado del movimiento para beneficio propio.
Teruel Existe ya no nos representa. Han dinamitado desde dentro el espíritu que nos unía. Lo han transformado en una caricatura de lo que fuimos. Hoy no luchan por Teruel, luchan por mantenerse en el sillón. Y lo hacen con las mismas prácticas que durante años denunciaron: falta de transparencia, clientelismo, y ahora, enchufismo descarado.
Solo hay que leer los artículos de opinión de uno de los fundadores del Movimiento Ciudadano, donde declara que “Teruel Existe se ha convertido en Teruel Coloca”, o bien a otro de los fundadores del partido político Teruel Existe donde expresa que “el partido se ha convertido en una PYME familiar donde lo importante es que tenga resuelto su futuro económico el matrimonio dirigente” (y sus amiguetes más cercanos, más necesitados).
A quienes aún militan en sus filas con honestidad, les digo: es hora de recuperar el movimiento o dejar de legitimar esta farsa. A quienes fuimos parte del movimiento ciudadano Teruel Existe, nos toca seguir defendiendo esta tierra, pero sin hipocresía ni mesías de cartón.
Porque Teruel merece algo mejor. Y no vamos a callar.

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