ANTONIO ABAD
Concejal del Ayto. de Calamocha
Manolo Rando ha vuelto a escribir. Hay que reconocerle la mala puntería en la elección de temas. Es escribir él sobre algo y las cosas se tuercen espectacularmente.
En una publicación anterior, cuando parecía que un psoe aragonés plantaría batalla a otro psoe aragonés por el control del aparato, solo un valiente se atrevió a enumerar en una carta con qué cualidades debería contar un líder del psoe. Adivinen quién firmó aquello: el alcalde de Calamocha.
Casualmente, y según esa carta, quien finalmente triunfó no reunía ninguna de esas cualidades. Digo finalmente por decir algo ya que la candidatura oficialista y de opereta ni llegó a presentarse y la candidata Alegría acabó haciéndose con las riendas del partido en Aragón. Para la hemeroteca quedan las fotos del gaseoso apoyo al precandidato Villagrasa. Menudo desenlace, normal que se le quitaran las ganas de escribir por un tiempo.
El breve paso de Manolo por la política más allá de nuestro municipio tuvo momentos cumbre. Sin duda uno de ellos fue ejercer, como presidente de la Diputación, de magistral anfitrión durante la estancia de un tal Ábalos en el Parador Nacional de Teruel. No queda claro cómo se resolvió el tema ni quién corrió con algunos de los gastos “imprevistos” de aquel hecho. Veremos.
Aquí en el ayuntamiento se desmonta el castillo de naipes. Cayó la mayoría absoluta; se despidieron públicamente los Tonnies, “la empresa más grande de la provincia con mil empleos” prometida en campaña; resultó también no haber acuerdo para el traslado del centro de Salud, ni tampoco presupuesto FITE para acometerlo; la justicia suspendió al ayuntamiento por licitar mal la residencia de mayores; la participación y la transparencia brillan por su ausencia… Hablamos de cualquier cosa menos de la parálisis a la que está sometido el pueblo.
Ahora, el alcalde vuelve a la prosa. En plena tormenta de corrupción sistémica y en la que nada menos que habrían estado envueltos el secretario de organización del psoe (que viajó directo del juzgado a la cárcel), el ministro de Fomento del psoe y junto a este, su asesor de confianza; el alcalde vuelve a la prosa. ¿Para hablar de ello y condenarlo rotundamente? No, para confundir y para hablar de quien le quita el sueño y perturba su paz: Teruel Existe, un corazón ‘partío’ y unos requerimientos de transparencia (feliz y diligentemente subsanados en apenas cuatro días).
Mientras, en la tele, la radio, la prensa, asistimos cada día al ‘más difícil todavía’ de la corrupción y nos preguntamos cuál será el siguiente nombre que surja, el siguiente hecho que nos escandalice, la siguiente revelación y también, cuál la que la suceda en esta sucesión sin fín de indignidad. Lo único seguro es que después de la nueva tribuna podemos prever escenarios de sorpresa.
Tampoco menta siquiera nuestro alcalde el gravísimo problema de la sanidad pública en Teruel, con el cierre de camas en hospitales y la falta de especialistas, que sacó a varios miles de turolenses a la calle recientemente y donde el psoe, precursor imprescindible y colaborador necesario de esta situación bajo la batuta Lambán – Mayte Pérez, ahora sí se amarra a la pancarta (aunque sea la de Teruel Existe). Volvemos a lo de siempre: si gobierna el PP salen a las calles, si lo hacía Lamban, tocaba achantarse y obedecer el toque de queda. Ese no es el espíritu de Teruel Existe.
Algunos por el pueblo tenemos la sensación de que estamos ante un “Alcalde Guadiana”, que aparece y desaparece según lo gustoso de los eventos y con el que de pronto nos encontramos con apariciones estelares, como ésta, donde nos sirve unas líneas de la inquina que siempre le ha caracterizado, la que deriva en sus mayúsculas en redes sociales y en el envío de ristras de mensajes justificativos y desesperados en grupos de whatsapp. O en llamadicas personales, que también.
En fin, quizás lo de desviar la atención del transatlántico que se viene haya servido durante un tiempo pero ya se sabe: «se puede engañar a todos algún tiempo y a unos pocos todo el tiempo pero no es posible engañar a todos todo el tiempo». Y esto es igual en Calamocha que en Soto del Real.