Han dado la bienvenida a Lope Martín Ballestín, el único niño que reside actualmente en el municipio

Alberto Martín y Zulema Ballestín posan con su hijo Lope
El nacimiento de Lope Martín Ballestín ha devuelto la esperanza a los vecinos de Berrueco. El nuevo integrante de la familia de Zulema Ballestín y Alberto Martín ha causado gran emoción entre los y las berruecanas, ya que en la actualidad es el único niño que reside en este municipio, donde en invierno suelen vivir entre 10 y 15 personas.
“Están todos muy contentos, todo el pueblo, va a tener muchas abuelas este niño, porque es como un nieto para ellas”, ha relatado la madre de Lope, Zulema Ballestín.
Para esta joven y el calamochino Alberto Martín, Lope es su primer hijo y, además, el pequeño es nieto de la alcaldesa de Berrueco, Carmen Ballestín.
Desde hace ocho años, los recién estrenados padres primerizos viven en Berrueco y desde entonces han tenido claro que querían formar una familia y su proyecto vital en la comarca del Campo de Daroca.
Aunque el pequeño tiene solamente dos semanas de vida y es pronto para pensar en su escolarización, para sus padres sería “ideal” que abrieran el colegio de Gallocanta o el de Tornos con varios niños, para que fuera a un colegio rural, comenta Zulema. “Pero la realidad es que los niños van al colegio de Calamocha o al de Daroca”, apunta.
La asistencia sanitaria es otra de sus preocupaciones, ya que considera escaso que el pediatra solo esté disponible en Daroca un día a la semana.
A pesar de la falta de servicios en el propio municipio, los padres de Lope ponen en valor la calidad de vida de la zona. “Para mí es muy importante la tranquilidad, el ritmo de vida de nuestros pueblos tan diferente al de la ciudad, el contacto con la naturaleza y la familiaridad de los vecinos, lo es todo”, destaca la joven de Berrueco.
Lope es el primer berruecano de 2025 y aunque en años anteriores se han dado nacimientos, las familias han terminado marchándose, por lo que ahora el pequeño acapara todo el protagonismo de sus vecinos.
El recién nacido es “muy bueno y se porta bien”, en palabras de su madre, pero con apenas dos semanas de vida ya ha conseguido revolucionar a todo un pueblo que ha celebrado su llegada con ilusión, entusiasmo y esperanza.
