EL TULIPÁN NEGRO
Tras un conflicto bélico siempre hay parte de los contendientes
que se arroga el haber ganado.
A mí se me antoja que en un conflicto bélico, no hay ningún ganador.
Un conflicto bélico, solo deja muertos, heridos, dolor, sufrimiento,
destrucción y devastación.
Tras el conflicto se han de destinar ingentes recursos a la reconstrucción
de lo devastado, pero la pérdida de vidas no se puede reponer
y muchos heridos serán irrecuperables.
Sólo tenemos que mirar el conflicto bélico entre Hamás e Israel,
sólo hace falta ver las escalofriantes escenas con las que nos informan
los medios de comunicación, escenas de televisión en las que
aparecen pueblos enteros devastados, muerte, desolación, hambre
y sufrimiento, no parece posible pensar en la recuperación de miles
de vidas, en una parte, más que en la otra.
Que los terroristas de Hamás, calcularan o no los riesgos a los
que sometían a la población palestina tras sus actos terroristas del
pasado 7 de octubre de 2023, es algo que desconocemos, que los
servicios secretos de Israel conocieran o no previamente la incursión
y matanza que se desarrolló ese día de octubre, con la muerte
de 1.700 personas y la toma de rehenes, es algo que tampoco podremos
conocer.
Pero esa actuación, a mi juicio, fue la excusa perfecta para que
Israel haya podido avanzar en la devastación de la zona, no sé si
con el fin último de aniquilar a la población de Gaza.
Todos hemos leído libros que nos cuentan el denominado holocausto
judío, todos hemos visto películas en las que se retrata el
acontecer de la pérdida y destrucción programada de millones de
judíos y todos, al fin y al cabo, nos hemos puesto en su piel y hemos
desarrollado un sentimiento de cariño hacia el pueblo judío, sobre
todo teniendo en cuenta, que su eliminación fue algo sistemático y
estructural por parte del régimen Nazi.
No me considero anti nada, ni anti nadie, pero lo que estamos
viendo en el conflicto es una aniquilación del pueblo palestino, y eso
no es de recibo.
Fuerzas ultraconservadoras y anti palestinas campan a sus anchas.
Los grandes logros de la guerra han sido la muerte o captura de
unos pocos, según dice, dirigentes de los terrorista de Hamás, la
muerte de algunos rehenes y miles de personas muertas en el conflicto,
ya superan los 40.000.
No se sabe cuántos muertos se han de poner encima de una mesa
de negociación para conseguir un alto el fuego, una tegua y el final
del conflicto.
Me parece que ya es suficiente la pérdida de vidas, los civiles,
niños, mujeres, ancianos etc., que han perdido la vida, es necesario
poner punto y final a esa pérdida humana, parar la guerra, ponernos
a reconstruir las zonas absolutamente devastadas, poder llevar
ayuda humanitaria a la zona, pero como antes he dicho, esas miles
de personas muertas son irrecuperables, el dolor y sufrimiento no
se puede volver a componer.