MIGUEL ÁNGEL NAVARRO
Alcalde de Villafranca del Campo

Difícil es escribir estas palabras cuando el dolor de una perdida se encuentra en cada letra. El legado de un buen hombre, eso que siempre decimos, que percibimos y que sentimos de quien da todo y que no espera recibir nada a cambio. Víctor Nuño, va por ti.

Hoy, con esta carta quiero expresar el sentimiento de tantas y tantas personas que te añoramos y lloramos tu pérdida. Víctor, siempre has sido un buen amigo, una buena persona, refunfuñón con ironía, crítico con sabiduría, cercano y entrañable.

Son muchos los años que hemos compartido juntos, unidos por la familia del Partido Popular, unidos por una forma de ser y de entender el mundo, trascendiendo más allá de lo material y que el tiempo transformó en amistad y apego. “¿Qué pasa chaval?”. Recuerdo con alegría y entre lágrimas las veces que conversando de los asuntos que te preocupaban de tu querida Bea hemos pasado juntos quitando malas hierbas de tu huerto, ese que tenía una mala entrada y que nos obligaba a dejar el coche en la carretera, tomando una caña hablando del calor del asfalto de la travesía en verano o del puente que una riada se llevó y que no permitía el paso de tus vecinos a la ermita.

De un desastre siempre sacabas una solución. Cualquiera que te conociese sabía que tras el primer minuto gruñón, (esa queja de cariño y añoranza) dabas paso a esa persona pícara que se entregaba hasta el final.

Muchos años has entregado a los demás, ejerciendo de alcalde de tu pueblo, defendiendo los intereses de tus vecinos y buscando un futuro mejor para tu municipio. Fruto de ello se instaló la fábrica de pellets, se acondicionaron tus calles e incluso pusiste una flor en el camino marcando y preparando la ruta botánica de Bea, un camino lleno de colores, naturaleza y pureza.

Pero tu legado no termina con tu partida, eres grande hasta el final. Hoy te despedimos con gran tristeza, orgullosos de haber compartido el tiempo que hemos podido, esforzándonos por mantener limpia la senda que lleva al huerto de un amigo, evitando que las malas hierbas crecieran y nos impidieran ver el camino. Hoy partes de esta tierra y lo haces con grandeza, simple, llano y entregado a los demás. Hoy, con tu última voluntad, parte de ti se queda en esta tierra, ayudando a otras personas que por motivos de salud necesitan de un hombre grande. Parte de ti se va a quedar en esas personas, ofreciéndoles un futuro esperanzador y que seguro contribuye a un mundo mejor.

Hasta el fin siendo tú, te echaremos de menos.

Allá donde vayas tu legado será eterno, aquí ya lo es.

Un abrazo chaval

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