EL TULIPÁN NEGRO
Un anacronismo se refiere a algo que no se corresponde o parece no corresponderse con la época a la que se hace referencia.
Imaginen que en una obra teatral de D. Pedro Calderón de la Barca aparece un personaje portando un móvil de última generación, estaremos de acuerdo en que no pega mucho en esa representación. Pues de vez en cuando se publican en el Boletín Oficial del Estado concesiones de títulos tan chocantes como “Real carta de sucesión como Vizcondesa de Garci-Grande o Marqués de Villa Solana, favor de determinadas personas con apellidos de rancio abolengo. Todo ello en función de la normativa vigente, que es nada más y nada menos el Real Decreto de 27 de mayo de 1912.
En aquella época firmaba el Real Decreto, El Ministro de Gracia y Justicia, y un tal Alfonso, que debía ser el Rey Alfonso XIII.
El Real Decreto de 1912, está en vigor y empieza así “SEÑOR: El natural deseo de que las mercedes regias por medio de las cuales se ha constituido á través de los siglos la nobleza española que tan eminentes servicios ha prestado siempre á la Nación y al Trono, ………….”. Eso sí, “acomodando la concesión de esos títulos de esta naturaleza á las exigencias fiscales desde que en 1845”.
Se trataba por tanto de conceder Títulos y Grandezas a las clases nobiliarias para facilitarles el acceso a representaciones políticas, mediante las cuales intervienen en la gestión de los títulos públicos.
Hoy sólo son títulos pero se ha de demostrar relación con la persona que lo tuviera antes para poder hacer uso de los derechos de herencia del título.
Por supuesto tampoco en la actualidad sirven para acceder a representaciones políticas.
Títulos y Grandezas facilitan con arreglo “a nuestra Constitución a los que los poseen, el acceso a representaciones políticas, mediantes las cuales intervienen en la gestión de los asuntos públicos”.
Parece ser que en la actualidad hay más de 2.000 personas en España con honores nobiliarios. También es cierto que eso no resulta gratis, ya lo anunciaba el Real Decreto de 1912, es decir hay que pagar algo por su expedición. Los títulos se gravan con impuestos que van desde los 800 a los 17.000 euros. Y por supuesto existe un escalafón u orden de prelación que más o menos es el siguiente:
Duque, unos 150 actualmente.
Marqués. Existen más de 1.000 marquesados.
Conde. Existen más de 900 condados.
Vizconde. Existen más de 120 vizcondados.
Barón. Existen más de 150 baronías.
Señor. Existen seis señoríos que mantienen la consideración de títulos del Reino.
No sé si todavía se sueña en España con las mercedes y privilegios de la época feudal.
Estoy convencido de que a algunos no les importaría volver a ese sistema tan hábilmente diseñado por unos pocos. Hay quien opina que estamos abocados a la Balcanización, yo creo que no y que no nos debemos llevar por impulsos, prefiero hablar, negociar lo negociable, y no reblar ante todo el que nos quiera enfrentar.