




Los asistentes a ‘Antiquarius’ encontraron piezas de colección de distinto tipo
La Institución Ferial de Calamocha (IFC) organizó por duodécima vez su ya consolidada feria ‘Antiquarius’. Una muestra centrada en el coleccionismo y las piezas antiguas llenando el interior del recinto ferial calamochino con algo más de una veintena de expositores llegados de distintos puntos del país, incluidos los stands locales centrados en la restauración y la decoración.
La cita calamochina abrió sus puertas el sábado 19 de octubre con la inauguración oficial a las doce del mediodía por parte del alcalde de Calamocha, Manuel Rando, que destacó estar ante una feria “que tiene su clientela, hay mucha gente que le gusta el coleccionismo y las antigüedades. Además, las ferias son zonas de confluencias y de reencuentro”. Un aspecto que quedó patente con el paso de cerca de 3.000 visitantes durante las dos jornadas de duración de esta feria.
Por los pasillos y deteniéndose en cada uno de los puestos se vieron visitantes llegados de dentro y fuera de las fronteras jilocanas. Para algunos, esta parada lleva muchos años en sus calendarios y para otros, era la primera vez que visitaban la villa y las dependencias del ferial calamochino. “Está muy bien es una feria que tiene muchas cosas para ver. Creo que es una cita que atrae a mucha gente de aquí y de pueblos de alrededor y eso hace que se llene el pueblo de gente” comentó una vecina que lleva unos meses residiendo en la localidad y que se acercó con la familia.
En el caso de los profesionales del sector también hubo algunos repetidores, como la leridana Olga Doménech que a pesar de pensar que “está muy bien organizada y nos gusta venir aquí” este año destacó que “a la gente le cuesta mucho acercarse y comprar. Es difícil vender antigüedades porque los que más compran son los mayores que se hacen más mayores y casi no vienen, y a los jóvenes no les gustan estas piezas quieren todo más liso para que no genere polvo, y así es difícil”.
Sin embargo, uno de los expositores locales, Rubén Jiménez de “La Gitanilla”, alabó esta muestra, “nos encanta porque traen cosas curiosas y es algo distintos para la comarca. Viene gente de Cuenca, Soria o Bilbao.” Además, añadió que no solo va bien por las ventas sino también por los proyectos y contactos que pueden llegar a generar.



La programación de este año 2024 también incluyó un par de masterclass centradas en la restauración y en la distinción de maderas y sus propiedades, impartidas por profesionales calamochinos. La dirección de la IFC también incluyó una nueva recreación histórica ambientada en la II Guerra Mundial, apostó por una demostración de elaboración tradicional de turrón de guirlache y no descuidó la llegada de los vehículos clásicos que se concentraron en la explanada del ferial para después recorrer las distintas calles principales de la villa calamochina.