Los profesionales del Jiloca y Campo de Daroca se movilizan nuevamente exigiendo soluciones para el sector

Los agricultores y ganaderos de las comarcas del Jiloca y el Campo de Daroca retomaron las protestas en defensa de su sector este pasado lunes 10 de febrero. A un año de las masivas movilizaciones del 6 de febrero de 2024, las reivindicaciones no han cambiado: el sector sigue sumido en una grave crisis.
Los puntos de concentración elegidos fueron tres importantes rotondas de la comarca: la de El Alambre, que da acceso a la A-23 y la N-234 en El Poyo del Cid, la rotonda del Bailador en Calamocha y la rotonda del Museo del Jamón. En estos lugares, los tractores bloqueaban intermitentemente el paso, causando retenciones y llamando la atención de los conductores y de los vecinos.
Paco Latorre, portavoz de la Asociación de Agricultores y Ganaderos (AEGA) en Teruel, detalló a los medios de comunicación el creciente desánimo en el sector: “Está surgiendo un desánimo generalizado porque no vemos que se estén tomando medidas efectivas. Poco a poco nos vamos apagando, no sabemos si seguir luchando o no. Yo entiendo que tenemos que luchar, pero las presiones son tantas que no sé si al final van a poder con el sector”, comentó.
Las protestas de este año son una respuesta directa a los mismos problemas que ya se vivieron el año pasado: bajos precios, falta de rentabilidad y una creciente sensación de abandono por parte de las instituciones.

Uno de los principales puntos de crítica de los agricultores es el acuerdo con los países de Mercosur. “Este acuerdo nos va a hacer mucho daño”, afirmó un agricultor de la comarca del Campo de Daroca. El tratado con los países de Mercosur permite la importación de productos agrícolas a precios más bajos, lo que amenaza la viabilidad de los cultivos locales. Este acuerdo, que se está tramitando en la Unión Europea, podría abrir las puertas a una mayor competencia con los productos sudamericanos, que se producen con menores estándares medioambientales y laborales.
El número de participantes en la manifestación fue modesto, con 24 profesionales del sector presentes en la explanada de la ITV. Algunos de ellos lamentaron la baja asistencia, señalando que, aunque en conversaciones informales todo el mundo reconoce los problemas del área, la participación en las movilizaciones sigue siendo insuficiente.
Un agricultor de la zona manifestó la escasa respuesta: “Se echa en falta la participación, porque todo el mundo habla en los bares de lo mal que está la agricultura y la ganadería, pero cuando llega el momento de salir a la calle, no asisten suficientes personas”. Este sentimiento de frustración es palpable en el ambiente, que se siente atrapado entre las dificultades económicas y la falta de apoyo de las autoridades.
Además de las críticas al acuerdo de Mercosur, otra de las principales demandas es la mejora de las condiciones para el relevo generacional en el campo. “Si los jóvenes agricultores no tienen una calidad de vida adecuada para vivir del campo, el campo va a desaparecer”, aseguró un agricultor durante la protesta. La falta de oportunidades para las nuevas generaciones, sumada a la crisis económica que azota al sector, está sumando a la despoblación. A día de hoy, muchos jóvenes ven el futuro en el campo como incierto, y prefieren emigrar a las ciudades en busca de empleo y mejores condiciones de vida, dejando el campo en manos de una generación cada vez más envejecida.
Para visibilizar aún más el malestar, los agricultores del Jiloca y Daroca también llevaron a cabo una acción simbólica: voltearon los carteles de señalización en varias localidades. Esta acción se inspiró en las protestas de los “chalecos amarillos” en Francia y otras movilizaciones europeas.
Las señales giradas no incumplen ninguna legislación, ya que no son indicaciones que regulen el tráfico, pero se convirtieron en un potente mensaje visual de desobediencia y protesta. Los carteles invertidos se vieron principalmente en la comarca del Jiloca, como en las entradas a localidades como Calamocha, y en otras áreas cercanas, como la N-234. Este gesto, aunque sencillo, fue una clara manifestación de que los agricultores están dispuestos a dar “la vuelta” a una situación que consideran insostenible. El símbolo de las señales giradas se ha convertido en un emblema de la lucha del sector primario contra la desatención institucional.
Los tractores fueron los protagonistas de la jornada del lunes, realizando cortes intermitentes en las rotondas de la comarca, una de las cuales estaba situada en las cercanías de la localidad de Calamocha. Estos cortes de tráfico fueron parte de una estrategia para visibilizar la difícil situación que atraviesan los agricultores, quienes se sienten cada vez más ignorados por las autoridades.
En algunos momentos, la presencia de los tractores generó largas colas de vehículos, lo que dificultó el acceso a estas importantes arterias de comunicación.
A pesar de la escasa participación, las organizaciones agrarias insisten en la necesidad de seguir luchando. “Estamos en un punto crítico. Necesitamos que el gremio se una y que todos se impliquen, no podemos quedarnos de brazos cruzados mientras el sector sigue desapareciendo”, añadieron desde AEGA.
El objetivo es presionar a las instituciones para que actúen con urgencia y adopten medidas eficaces.